
La cuarta obligación es el ayuno, o saum, durante el mes del Ramadán. Puesto que el calendario islámico es lunar, las festividades no son fijas. Incluso durante los cálidos veranos la mayoría de los musulmanes observa con rigor el ayuno. Durante el mes de ayuno las personas deben abstenerse de comer, beber, fumar y mantener relaciones sexuales desde el amanecer hasta la puesta del sol, y evitar todo pensamiento o acto pecaminosos. Quienes puedan permitírselo deben, además, dar de comer como mínimo a un pobre. Si una persona no puede cumplirlo por encontrarse enferma o de viaje, no es necesario que ayune en ese momento, aunque deberá hacerlo en días posteriores.
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